miércoles, 19 de septiembre de 2007

Los peludos

Los gatos se han habituado bien a Metz. Al principio estaban un poco asustados; Yann acababa de ser adoptado, a saber de dónde vendría el pobre, y extrañaba todo, así que pasó los dos primeros días escondido donde podía, sin comer y temblando como una hoja. Cuando llegó tuvo que estar en cuarentena, así que Nemo debía conformarse con mirarlo por la ventana y olerlo por debajo de la puerta. Nemo no lo pasó mucho mejor: tenía miedo del sonido de sus propias pisadas en el suelo de madera, así que trataba de no moverse demasiado.

Pero siete meses después han cogido un exceso de confianza que les lleva cada día a saltar y correr sin ningún pudor por encima de nuestro escandaloso suelo y a trepar por todos los muebles de la casa con admirable agilidad felina. Creo que hay dos a los que aún no han podido acceder, y espero que lo hagan pronto las excursiones de mis peludos limpian el polvo de los muebles.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Oye te han quedado muy monos en la ventana.
Por cierto estos tambien necesitan jugar con ellos para que a los que les tienen algo de miedo puedan estar tranquilos, o se apañan ellos solos.

Félix López dijo...

Ahora que Nemo está más acompañado, se entretienen más ellos dos solos, aunque a un gato siempre le interesa meterse en la maletas de las visitas y demás, claro... Pero en general se portan bien, y en la nueva casa cuando hay visitas los peludos duermen en la terraza cerrada, que es "territorio gatuno", por lo que no hay peligro de encontrarse un felino por la noche.